Felipe VI celebra el legado de Franco: el show de la monarquía impuesta.
La monarquía española cumple medio siglo impuesta por Franco y blindada por el silencio. Felipe VI conmemora entre fastos lo que muchos ven como el último cartucho de un sistema que huele a pasado, a imposición y a franquismo. ¿Hasta cuándo aguantará esta reliquia del Régimen?Cincuenta años. Ese es el tiempo que lleva España bajo una monarquía que no fue elegida, sino impuesta. Porque detrás del brillo de las medallas, los Toisones de Oro y los discursos grandilocuentes en palacios y congresos, sigue latiendo una realidad incómoda: la monarquía española nació bajo el ala protectora de Franco y no ha dejado de recordarnos, acto tras acto, que su verdadera raíz no está en la democracia, sino en el franquismo.
Hoy Felipe VI se rodea de todos los símbolos del poder: Reina, princesas, políticos estratégicamente colocados y veteranía cortesana para celebrar el 50 aniversario de esa “restauración” que nunca fue restauración sino imposición. Ni rastro de Juan Carlos I, el protagonista original de esta saga de imposiciones, exiliado por la puerta de atrás pero invitado a la comida familiar. Porque en la monarquía todo se lava en la intimidad: el bochorno y la herencia.
La ausencia de Vox, Sumar y socios gubernamentales es la excusa perfecta para mostrar una España dividida, aunque la verdadera grieta es mucho más evidente: una parte de la sociedad exige ruptura con la monarquía, recordando que sigue siendo “heredera del franquismo”. No es una opinión marginal: cada vez más españoles ven en la Casa Real una institución anacrónica, protegida por una narrativa que huele a naftalina y a privilegio de otros tiempos.
El reparto de honores (el Toisón de Oro para la reina Sofía, Felipe González y los padres vivos de la Constitución) es el último capítulo de este teatro. Un acto para perpetuar la leyenda: la monarquía como garante de convivencia y transición, ocultando su origen real, su blindaje y la complicidad de las élites. Nadie habla ya del referéndum que nunca fue, del debate que nunca se permitió.
No se engañen: hoy se celebra medio siglo de franquismo “sostenible”, convenientemente maquillado de parlamentarismo. El mensaje es claro, demoledor y viralizable: mientras la monarquía siga donde está, Franco seguirá oliendo a incienso en los salones del poder.
¿Hasta cuándo seguiremos rindiendo homenaje a lo que nunca elegimos?
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