Pedro Sánchez levanta un escudo climático para España | Otros niegan el fuego.

Pedro Sánchez lanza un Pacto de Estado frente a la Emergencia Climática con 15 ejes y 80 medidas para proteger vidas, asegurar agua, cuidar el campo y crear empleo verde con la ciencia al volante. En un país más expuesto a olas de calor, incendios e inundaciones, el clima se convierte en cuestión de seguridad nacional y de seguridad económica.​

Emergencia climática: seguridad nacional, no capricho verde

España ya no discute si hay emergencia climática: la vive en forma de incendios históricos, lluvias torrenciales, olas de calor mortales, evacuaciones y miles de millones en pérdidas cada verano. Pedro Sánchez coloca por fin las cartas sobre la mesa y define el clima como “desafío del siglo XXI” y “cuestión de seguridad nacional”: o se levanta un escudo climático de Estado, o el país se queda desnudo ante cada ola de calor y cada gota fría.​

Este Pacto de Estado no va de buenos deseos, sino de 15 ejes y 80 medidas concretas para convertir la emergencia climática en política estable, con recursos, gobernanza y coordinación entre administraciones… y con la ciencia como brújula, no las tertulias.​

Proteger vidas: refugios climáticos y barrios vulnerables

Antes del próximo verano se activará una Red Estatal de Refugios Climáticos usando edificios de la Administración General del Estado, coordinados con redes autonómicas ya existentes, para que nadie se quede sin un lugar seguro ante olas de calor extremas. La prioridad serán los barrios más vulnerables, donde el calor mata más y más rápido, con financiación específica para adaptar espacios, rehabilitar viviendas y reforzar infraestructuras verdes.​

La emergencia climática deja de ser un gráfico en un informe y se convierte en una red de puertas abiertas donde el Estado dice: aquí no se deja tirada a la gente cuando el termómetro explota.​

Agua y campo: clima es empleo, no solo ecología

El Pacto aborda el agua “hoy y mañana” con más reutilización y desalación, mejor planificación territorial y límites a los usos de riesgo en zonas inundables para no seguir construyendo desgracias a pie de río. En paralelo refuerza los seguros agrarios, promueve la adaptación de cultivos y lanza un Plan Nacional de Empleo Verde Rural para que clima signifique trabajo digno, bioeconomía, ganadería extensiva y servicios reforzados en la España rural.​

Se financiarán planes contra inundaciones y contra incendios en municipios de menos de 5.000 habitantes, porque el fuego y el agua no preguntan por color político, pero sí arrasan primero donde hay menos recursos.​

Ciencia al volante: del ruido ideológico a la evidencia

La jugada clave del Pacto es política: creación de un Panel Nacional de Científicos y Científicas del Cambio Climático y una gobernanza específica con comisión parlamentaria de seguimiento, Agencia Estatal de Protección Civil, mapa nacional de riesgos y plataforma de datos climáticos. Es la forma de sacar el clima del barro ideológico y llevarlo al terreno técnico: decisiones basadas en datos, lucha contra la desinformación climática y cultura de prevención desde la escuela hasta la última administración local.​

España es “más expuesta” que otros países, pero quiere ser “la mejor preparada”: vulnerabilidad activa como identidad política y económica en un mundo donde quien no se adapta, se hunde.​

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