Ábalos solo es el último: el banquillo de los exministros condenados.
Así está hoy el banquillo de los exministros condenados en España: lleno, reincidente y con reparto casi milimétrico entre PSOE y PP. La última incorporación es José Luis Ábalos, exministro de Transportes de Pedro Sánchez, enviado a prisión preventiva por el caso Koldo, una presunta trama de corrupción ligada a contratos de mascarillas durante la pandemia con peticiones de pena de hasta más de 20 años. Ábalos pasa de número fuerte del PSOE y rostro de la “nueva política” a símbolo perfecto de cómo el sistema protege a los suyos… hasta que ya es imposible seguir tapando la basura.
Pero el show empezó mucho antes. El pionero del horror ministerial fue José Barrionuevo (PSOE), exministro del Interior con Felipe González, condenado a diez años de prisión por el secuestro de Segundo Marey en el marco de la guerra sucia de los GAL, entrando en la cárcel en 1998 antes de ser parcialmente indultado. A él se suma José Antonio Griñán (PSOE), exministro de Trabajo y ex presidente andaluz, condenado a seis años por el caso ERE, una macrotrama de desvío de fondos públicos, aunque no llegó a entrar en prisión por motivos de salud y una posterior anulación de la condena. Tres nombres, tres gobiernos socialistas y una misma conclusión: el partido que hablaba de “ejemplaridad” acumula ya varios exministros condenados o encarcelados.
En la acera de enfrente, el PP no se queda corto. Jaume Matas, exministro de Medio Ambiente con Aznar y expresidente balear, fue condenado a prisión por varios casos de corrupción ligados a su etapa en Baleares, incluyendo el caso Palma Arena y derivadas del caso Nóos. Terminó entrando en prisión en 2014, convirtiéndose en el primer exministro popular entre rejas, con varias sentencias que lo convirtieron en un clásico de la crónica judicial.
Otro peso pesado del PP en el banquillo de los exministros condenados es Rodrigo Rato, exministro de Economía, exvicepresidente del Gobierno y exdirector gerente del FMI. Tras simbolizar la “España milagro”, acabó condenado por el escándalo de las tarjetas black y otras causas vinculadas a la gestión de Caja Madrid y Bankia, lo que le llevó a prisión y a convertirse en el ejemplo perfecto del capitalismo castizo de amiguetes.
La lista se completa con Eduardo Zaplana, también del PP, exministro de Trabajo y expresidente valenciano. Fue condenado a más de diez años de cárcel por el caso Erial, relacionado con comisiones ilegales y blanqueo de capitales, y llegó a pasar por prisión provisional durante meses a raíz de la investigación, convirtiéndose en otro exministro señalado por el saqueo de lo público.
El balance es demoledor: al menos seis exministros de PSOE y PP han sido condenados o han pasado por prisión en democracia, varios de ellos por macrotramas de corrupción que afectan a millones de euros y a toda una generación política. Ábalos solo es el último fichaje de un banquillo de lujo donde ya se sentaban Barrionuevo, Griñán, Matas, Rato y Zaplana, mostrando que el bipartidismo no solo comparte el poder, comparte también historial penal.
Así está el banquillo de los exministros condenados: con rojos y azules mezclados, toga para todos y una certeza incómoda para la ciudadanía. En España, la pregunta ya no es si otro ministro acabará delante de un juez, sino de qué color será la corbata del próximo condenado.
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