Feijóo, el gestor eclipsado: Necesita un manual de autoayuda

¿Recuerdas cuando el PP presumía de tener mando firme y una gestión brillante? Olvida ese cuento. En apenas seis meses, Feijóo ha pasado de venderse como el "Iniesta" de la política española a encadenar tropezones, pactos de saldo con Vox y una fuga de votos que ni los consultores más optimistas pueden camuflar. ¿Por qué la derecha tradicional parece cada vez más un remedo imitación de la ultraderecha? Aquí tienes la crónica de un desgaste anunciado.

La cúpula popular vive tiempos negros. Feijóo, tras renovar cuadros y apostar por rostros "broncos", ha descubierto que los problemas estructurales no se resuelven con palos y abrazos al ala dura. La dimisión de Mazón en València marcó el primer temblor, un año de gestión errática y silencios cómplices desde Génova que terminan con el líder valenciano refugiado en Les Corts solo por mantener aforamiento. El mensaje es claro: en el PP, la autocrítica pone nerviosos, y los pactos con Vox se celebran sin pudor.

La relación con la extrema derecha se ha normalizado tanto que los marcos ideológicos de Abascal deciden la agenda de los populares, disolviendo su identidad centrista y centralizada. Feijóo, lejos de marcar perfil propio, se deja arrastrar y pierde apoyo tanto entre moderados desencantados como entre ultras en busca de discurso incendiario.

¿Y la capacidad de gestión? El mito se ha resquebrajado entre incendios forestales, DANA y políticas de recortes, donde Feijóo ha mostrado falta de liderazgo y un preocupante seguidismo. Los nuevos perfiles tampoco despegan: insultar no es suficiente para movilizar ni marcar agenda; ni Tellado ni Muñoz logran diferenciarse de Vox, y la falta de condenas firmes ante la controversia aleja aún más a la base progresista.

Las encuestas no mienten: Vox sube, el PP desangra votos y Feijóo parece cada vez menos presidenciable. La derecha convive con su propia crisis existencial, y mientras Génova se pregunta cómo sacar la cabeza, la ultraderecha capitaliza la indignación ante un sistema que no convence ni a los suyos. El último acto de este semestre negro lo protagoniza un Feijóo encogido, sin talla política para el reto, y con Vox recogiendo el malestar generalizado.

¿Solución? Para el PP, parece estar tan lejos como una gestión eficaz. Y para Feijóo, la sombra de la irrelevancia se alarga.

Quién le pasa un libro de autoayuda?




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