Los verdaderos amos del mundo: el G20 entretiene, Bilderberg y la trilateral mandan.
Mientras Sánchez vende progreso social y climático en el G20, los verdaderos titiriteros —Club Bilderberg y compañía— deciden el rumbo del mundo a puerta cerrada. Descubre cómo estos “poderes en la sombra” eclipsan cualquier cumbre internacional.
Pedro Sánchez aterriza en Johannesburgo para el G20 alardeando de “avanzar en tiempos complejos”. ¿Pero realmente quién avanza y quién mueve el tablero? Mientras los focos apuntan a líderes entre flashes, Club Bilderberg, Comisión Trilateral y demás actores en penumbra dictan las verdaderas reglas del juego mundial.
La narrativa oficial insiste: debates sobre “agenda social”, “género” y “cambio climático” con grandes promesas y selfies institucionales. Detrás de la cortina, las grandes decisiones económicas y geopolíticas no se pactan en Johannesburgo, Davos o París… sino en cenas discretas y agendas que jamás se transmiten a la prensa. Ni medio tuit ni foto en X.
El Club Bilderberg —ese selecto club fundado en 1954 y etiquetado como “foro de debate”— reúne, año tras año, a banqueros, magnates tecnológicos, ex espías, directivos mediáticos y políticos clave. ¿Casualidad que muchos de los futuros presidentes y ministros hayan pasado por allí antes de conquistar el poder? Más bien, un proceso de “selección natural” al margen de las urnas. En el G20 se habla de “sostenibilidad”; en Bilderberg se define “quién manda sobre el presupuesto”.
Pero vayamos más allá: la Comisión Trilateral, nacida para “estrechar lazos económicos” entre Estados Unidos, Europa y Asia, es otra cámara acorazada donde se diseñan pactos comerciales y regulaciones mediáticas. Los G20, a su lado, son puro teatro.
¿Y qué papel juega España? Mientras Sánchez presume de “defender el Compromiso de Sevilla” y habla de “avanzar sin retroceder”, la butaca de nuestro país en los verdaderos foros de poder es, como mucho, de invitado, si, pero de piedra. Los nombres que importan ni siquiera se sientan en el plenario del G20: Trump, Xi Jinping, Putin… ¿Ausencias estratégicas o simple desprecio?
El presidente sudafricano pide en la cumbre “no debilitar la credibilidad del G20”. Lula advierte que el foro está amenazado —¿quizá porque sus “decisiones” ya nadie se las cree?—. La realidad es demoledora: las cumbres no resuelven, solo firman fotos. Y los dueños del tablero ni se molestan en disimular.
Bienvenidos al eterno show de la política global, donde los hashtags del momento solo tapan lo que verdaderamente importa: la cruda, incómoda y anti-viral verdad de los poderes en la sombra.

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