SUMAR y SIGUE: cuando la izquierda se juega el alma

La coordinadora general de Sumar, Lara Hernández,

Movimiento Sumar apuesta fuerte: candidaturas comunes, unidad sin matices y una hoja de ruta demoledora para evitar más naufragios de la izquierda. Aquí el trabajo no se regala: se suda. ¿Quién teme a la competencia electoral? Porque lo fácil es quejarse y lo duro es currárselo.

En política, como en la vida, las oportunidades no caen del cielo. A veces se pactan, otras se arrebatan. SUMAR vuelve a la carga y lanza un órdago a su propio ecosistema: “Unidad o irrelevancia”. La Conferencia Política de Movimiento Sumar —con Lara Hernández y Yolanda Díaz al frente— no se anda con medias tintas. El mensaje es claro: se acabó el circo de la fragmentación, toca construir candidaturas comunes. ¿Motivo? Evitar la autodestrucción por “competencia electoral” en la izquierda. Porque la división ha sido siempre la tumba de cualquier opción transformadora.

El plan no es nuevo, pero sí la insistencia: sumar, sumar y seguir… aunque sea con quienes ayer competían contigo por los mismos votos en el mismo barrio. Eso sí, respetando el mágico mantra del “respeto a la diversidad territorial” para no enfadar a nadie. Pero no nos engañemos: la unidad solo se logra a base de trabajo, renuncia y mucha, muchísima humildad política. Aquí no hay milagros, hay estrategias de largo aliento y resistencias internas a mansalva.

Sumar presume de miras: aseguran querer consolidar un “sujeto político estable”, que aguante embestidas y desgaste de los pactos de Gobierno, un proyecto capaz de cambiar las reglas del juego social: vivienda digna, fin del rentismo, límites a la especulación, menos horas de trabajo y más derechos para la gente. Pero claro, decirlo es gratis. ¿Lograrán que la izquierda duerma junta sin que alguno saquee el minibar?

Los retos, a la vista de todos: feminizar, rejuvenecer y racializar el liderazgo. Reocupar la calle, asaltar el algoritmo, conectar con jóvenes con TikToks demoledores y mensajes que muerdan tanto como los memes de la ultraderecha. ¿Fácil? Ni de coña. Pero el que no arriesga, no suma. Lo advierten: quien no ponga el cuerpo y la cara en la batalla cultural, se queda fuera de la foto final.

¿La clave? Unir estrategia de poder con trabajo real sobre el terreno. Porque la polarización no se puede combatir con abrazos y eslóganes huecos. Se responde con candidaturas robustas, pactos valientes y, sobre todo, la capacidad de currarse cada voto mientras otros se apuntan tantos en la tertulia.

En definitiva: SUMAR ha entendido que las oportunidades no llegan solas. Se provocan, se pelean y se blindan. Quien tenga dudas, que se revise el rosario de derrotas recientes y entienda que la historia no va de lamentos sino de meter las manos en el barro y remar. El resto, postureo.

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