Extremadura: PSOE contra sí mismo: del “no es no” al “que gobierne quien sea, pero que se note | Absurdo político.



El PSOE se aferra a su relato nacional contra la derecha y la ultraderecha mientras Extremadura se convierte en laboratorio del absurdo político: la batalla ya no es por la solución, es por el guion que mejor funcione en Madrid.

Relato contra la ultraderecha… aunque crezca Vox

Moncloa cierra la puerta a abstenerse para que María Guardiola gobierne en solitario porque “rompería el relato” de frenar a la derecha y la ultraderecha, incluso aunque Vox quedara fuera del Gobierno.
El resultado: PP gana con 29 escaños, PSOE se hunde a 18, Vox se dispara a 11 y Unidas por Extremadura sube, pero el dilema real no es cómo se gobierna Extremadura, sino quién se queda con el relato del “cordón sanitario”.​

Existir entre el relato y la responsabilidad

El PSOE ya sabe lo que es inmolarse por “responsabilidad” (abstención a Rajoy en 2016), y ahora decide lo contrario: preservar el relato aunque eso le permita a Vox consolidarse como llave de gobierno.​
En clave existencialista, el partido elige ser personaje de su propio relato antes que sujeto responsable de evitar que la ultraderecha marque agenda en otra autonomía más.​

PP y Vox: la solución imposible que se hace norma

El PP adelantó elecciones en Extremadura para dar “un golpe” al sanchismo y ha acabado más atado que nunca a Vox, que dobla escaños y se convierte en socio casi inevitable.​
La derecha vende victoria mientras normaliza que cada avance electoral venga con cláusula ultra incluida: más peso de Vox, más chantaje ideológico y más polarización como paisaje.​

Unidas Podemos mira el incendio desde la cuneta

Unidas por Extremadura crece, pero no capitaliza el hundimiento socialista ni logra plantear una salida pragmática que rompa el binomio “o relato del PSOE o gobierno PP‑Vox”.​
La izquierda alternativa aparece como testigo lúcido pero impotente, atrapada también entre la denuncia del sistema y la incapacidad de ofrecer una arquitectura de pactos creíble.​

El absurdo democrático: ganar el relato, perder el terreno

En términos de poder real, la jugada es absurda: el PSOE se blinda contra la acusación de “entregarse al PP” a costa de ser acusado de permitir que Vox mande más; el PP presume de victoria mientras renuncia a gobernar sin muleta ultra.​
Cuando la prioridad es el relato, Extremadura deja de ser un territorio y pasa a ser decorado en un plató donde PP, PSOE, Vox y Unidas Podemos discuten quién tiene razón mientras la ultraderecha suma escaños y normalización.

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