Feijóo insulta con desprecio y soberbia, Andalucía responde: “contamos los tontos del PP”.

Feijóo, los andaluces y un chiste que huele a clasismo

Alberto Núñez Feijóo no hizo un chiste: hizo un retrato de cómo ve el PP a Andalucía cuando se relaja entre aplausos y copas de Navidad. “Tenemos los mayores kilómetros de costa de España. Ya sé que los andaluces no están de acuerdo, pero no saben contar”, remató, en un acto interno del PP en Madrid, ante militancia entregada. No era un lapsus, era una jerarquía: gallegos listos, andaluces que “no saben contar” y “madrileños inteligentes” como público VIP del chiste.​

Nosotros contamos camas de hospital, Feijóo cuenta chistes

Mientras Feijóo juega a sumar kilómetros de costa inventándose una “doble costa” en las rías, la realidad andaluza se mide en listas de espera, contratos sanitarios precarios, paro juvenil y pobreza. Desde Andalucía le han respondido claro: “Sabemos contar perfectamente. Contamos la de tontos que hay en el PP”, le soltó el diputado José Ignacio García, enlazando el agravio con la falta de sanitarias en la pública. Y la vicepresidenta María Jesús Montero lo clavó: los andaluces sí saben contar… y también saben que no pueden contar con Moreno Bonilla para exigir una rectificación cuando manda Génova.​

De Génova antes que de Andalucía: el silencio de Moreno Bonilla

Lo más grave no es solo lo que dice Feijóo, sino lo que calla Moreno Bonilla. Si cuando el jefe nacional humilla a tu tierra tu prioridad es proteger la foto de partido, el mensaje es nítido: primero Génova, luego Andalucía, y al final la gente que hace colas en urgencias. Cada vez que el PP‑A traga con una salida de tono, con un recorte, con una línea marcada desde Madrid contra los intereses andaluces, consolida un marco demoledor: no gobierna para Andalucía, gestiona una franquicia del PP.​

El líder que no conoce el mapa… ni el país real

No es la primera vez que Feijóo se pierde en el mapa: ya situó Huelva en el Mediterráneo y confundió otras provincias y capitales en plena campaña. Ahora ridiculiza a los andaluces mientras presume de ser el hombre serio, preparado y “de Estado”. La foto es clara: un líder que se mueve cómodo entre cenas, aplausos y chistes de sobremesa, pero que tropieza con la geografía y desprecia la realidad material de quienes no pisan alfombras rojas. Eso no es política de altura; es política de despacho mirando el país por la ventanilla del AVE.​

Feijóo puede seguir contando chistes. Andalucía seguirá contando lo que importa.

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