Pedro Sánchez, además de encajar “hostias” día sí y día también, también se lleva premios: y no de pega, sino de derechos humanos, paz y dignidad
![]() |
Cuando una fundación de prestigio en el ámbito de los derechos humanos reconoce su “responsabilidad institucional” en la defensa de los más vulnerables, no está aplaudiendo un relato, está señalando políticas concretas: acogida de personas migrantes, apoyo a soluciones diplomáticas, presión para el alto el fuego y apuesta por el reconocimiento de Palestina. Eso no se construye con tuits indignados, se construye con decisiones de gobierno.
Mientras algunos líderes de la derecha se dedican a hacer oposición a golpe de ocurrencia y foto fácil, Sánchez convierte su línea internacional en un activo político que trasciende la bronca doméstica. Ahí está el giro de España a actor relevante en debates globales sobre paz, desarme, Ucrania, Gaza o reconocimiento del Estado palestino, que ha elevado el perfil exterior del país y, de paso, el suyo propio.
La paradoja es brutal: en casa, convertidos en deporte nacional están las “hostias” a Sánchez; fuera, llegan los premios a su “buen hacer” en derechos humanos. Esa brecha entre imagen interna e imagen externa dice tanto del nivel del debate político español como del odio que genera cualquier proyecto que se atreva a combinar justicia social dentro y diplomacia activa fuera. #Sánchez #PedroSanchez #derechoshumanos
Al final, el relato es simple: hay quien vive de hacer ruido y hay quien, además de tragarse el ruido, termina recogiendo el reconocimiento internacional por lo que hace, no por lo que grita. Y eso, les guste o no, también tiene premio.
#PedroSanchez #Sanchez #premios #derechoshumanos #politica #gobierno #internacional #España #Palestina #paz

Comentarios
Publicar un comentario