PP saquea la sanidad pública para engordar la privada
El PP impulsa una privatización encubierta de la sanidad pública: más derivaciones, más externalizaciones y más dinero público trasvasado a clínicas privadas. No es gestión: es expolio sanitario.
Llamémoslo por su nombre: privatización encubierta. No una reforma. No una modernización. Un trasvase deliberado de recursos públicos a clínicas privadas, ejecutado con traje institucional y discurso tecnocrático. El Partido Popular (PP) lo ha convertido en su modelo sanitario.
La fórmula es obscenamente simple. Primero, se permite que jefes de servicio de la sanidad pública trabajen también en la privada. Conflicto de intereses legalizado. Después, se disparan las derivaciones de pruebas y servicios a centros privados. El resultado: dinero público fluyendo hacia negocios privados, mientras lo público se debilita por diseño.
El relato oficial habla de “agilidad”, “eficiencia” y “reducción de listas de espera”. Mentira funcional. Las listas no desaparecen: se externalizan. El paciente no mejora: se traslada. El sistema no se refuerza: se vacía.
Cada derivación es una factura. Cada externalización es una renuncia. Cada concierto privado es un paso más hacia una sanidad dual: una pública empobrecida para la mayoría y una privada subvencionada para quien hace negocio. Esto no es casualidad. Es estrategia.
Mientras tanto, los hospitales públicos pierden inversión, personal y capacidad. Se genera el problema —colapso, demora, saturación— y luego se vende la solución privada. Primero asfixiar, después privatizar. Manual clásico del PP.
No es libertad profesional. Es puerta giratoria institucionalizada. No es colaboración público-privada. Es socializar costes y privatizar beneficios. No es una excepción territorial. Es un patrón repetido allí donde gobierna la derecha.
La sanidad pública no se deteriora sola. La están deteriorando. Para luego señalarla y decir: “no funciona”. Claro que no funciona cuando la conviertes en el proveedor barato de un negocio privado.
Esto no va de ideología. Va de poder y dinero. Y el PP ha elegido bando: el de las clínicas, no el de los pacientes.

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