Proxima Estación Aragon. | La Izquierda alternativa, perder antes que aprender.
I
Izquierda alternativa: tres siglas, un mismo abismo
La izquierda alternativa llega a Aragón partida en tres: CHA por su lado, Podemos por el suyo e IU pegada a Sumar como “unidad posible y real”. En total, se pelean por un espacio de unos 80.000 votos, un 12% que funciona más como autoayuda identitaria que como proyecto de poder.
En vez de sumar, la izquierda compite por ver quién firma primero la derrota con mejor relato y peor aritmética.
El eterno retorno de la derrota útil
Lo de Aragón no es una anécdota, es un patrón: donde Extremadura demostró que la unidad podía romper la caída de la izquierda alternativa, Aragón vuelve a la cómoda liturgia del “yo tenía razón aunque no tenga escaños”. Tres listas, tres estructuras, tres campañas… para disputar el mismo nicho, mientras la derecha solo tiene que esperar a que la izquierda se tropiece sola.
La izquierda alternativa ha convertido la fragmentación en una forma de espiritualidad: cada sigla se aferra a su pureza mientras regala poder a quienes recortan derechos y privatizan servicios.
El absurdo de pelear por el 12%
La paradoja es brutal: se llenan la boca de “feminismo”, “ecología” y “políticas para la gente”, pero diseñan el escenario perfecto para que esas políticas no gobiernen jamás. Aragón ilustra el absurdo político en estado puro: tres proyectos que dicen querer lo mismo, compitiendo a cuchillo por quién lidera un espacio que, roto, sirve sobre todo para consolidar al bloque conservador.
La pregunta ya no es por qué la derecha gana, sino por qué la izquierda alternativa parece empeñada en que así sea.
#Aragon #izquierda #podemos #sumar #chunta #elecciones #feminismo #progresismo #unidad #voto
La izquierda alternativa llega a Aragón partida en tres: CHA por su lado, Podemos por el suyo e IU pegada a Sumar como “unidad posible y real”. En total, se pelean por un espacio de unos 80.000 votos, un 12% que funciona más como autoayuda identitaria que como proyecto de poder.
En vez de sumar, la izquierda compite por ver quién firma primero la derrota con mejor relato y peor aritmética.
El eterno retorno de la derrota útil
Lo de Aragón no es una anécdota, es un patrón: donde Extremadura demostró que la unidad podía romper la caída de la izquierda alternativa, Aragón vuelve a la cómoda liturgia del “yo tenía razón aunque no tenga escaños”. Tres listas, tres estructuras, tres campañas… para disputar el mismo nicho, mientras la derecha solo tiene que esperar a que la izquierda se tropiece sola.
La izquierda alternativa ha convertido la fragmentación en una forma de espiritualidad: cada sigla se aferra a su pureza mientras regala poder a quienes recortan derechos y privatizan servicios.
El absurdo de pelear por el 12%
La paradoja es brutal: se llenan la boca de “feminismo”, “ecología” y “políticas para la gente”, pero diseñan el escenario perfecto para que esas políticas no gobiernen jamás. Aragón ilustra el absurdo político en estado puro: tres proyectos que dicen querer lo mismo, compitiendo a cuchillo por quién lidera un espacio que, roto, sirve sobre todo para consolidar al bloque conservador.
La pregunta ya no es por qué la derecha gana, sino por qué la izquierda alternativa parece empeñada en que así sea.
#Aragon #izquierda #podemos #sumar #chunta #elecciones #feminismo #progresismo #unidad #voto

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