VOX: mucha bandera, cero respeto a la Constitución

 VOX simboliza  que boicotea los actos por la Constitución mientras se envuelve en ella para atacar a sus rivales y bloquear cualquier reforma sobre monarquía, vivienda, aborto o Estado laico.​

Hace falta una reforma constitucional y VOX está haciendo campaña abierta contra esa Constitución que dice defender. Cuando se niegan a acudir a los actos oficiales para “no participar en teatrillos” o “no fingir normalidad institucional”, lo que hacen es dejar claro que solo aceptan la Carta Magna si se ajusta a su guion ideológico. Su ausencia reiterada del Día de la Constitución no es una anécdota: es una declaración de guerra contra cualquier lectura plural y democrática del texto.​

Mientras una mayoría social empieza a hablar de revisar la monarquía, de blindar el derecho a la vivienda, de garantizar el aborto como derecho constitucional o de acabar con privilegios religiosos, VOX se parapeta en un “no hay nada que celebrar” que esconde su verdadero miedo: que la Constitución se actualice y deje de ser su refugio simbólico. La gente pide revisión, modernización, más derechos y más control democrático; la ultraderecha responde con plantones, victimismo y banderas.​

VOX es la foto de un partido que se niega a compartir espacio institucional con quienes llama “enemigos de España”, pero luego exige fidelidad absoluta a una Constitución que considera secuestrada por ese mismo “enemigo”. No es respeto, es chantaje político permanente: o la Constitución se interpreta a su manera, o ellos se levantan y se van. Si no se impulsa una reforma que actualice el pacto constitucional, el hoyo lo cavarán ellos, pero lo pagaremos todos: una Carta Magna convertida en tótem vacío mientras la ultraderecha marca el ritmo a golpe de boicot.​

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